viernes, julio 21, 2006

metro


Si supieras lo triste que estar aquí, y no tener nada pero nada por hacer sino lo necesario e imprescindible. Si supieras lo triste que es tener que ser para existir y desaparecer de pronto bajo la tinta de un misil que destruye tus entrañas por designio. Si supieras, el dolor que provoca respirar en este desierto helado mientras cargas con tu conciencia y la de otros, la angustia que provocan los colores quemándote las pupilas, la sordera que producen los sonidos mientras fluyen al vacío para luego reciclarse infinitamente. Si supieras todo lo que yo sé y que no puedes sentir o experimentar, ni remótamente. Si comprendieras esta decepción y no trataras de remediarla sino de callar ante ella. Porque sólo en silencio podrías escuchar mis pensamientos claros y no confundirlos con extraños ruidos. Sé que se trata sólo de una perspectiva, pero lo pensarías antes de desear estar en mi lugar...

domingo, julio 09, 2006

space worm

"¿Cómo puede llorar si no tiene ojos?"

La respuesta es sencilla, no llora. Cuando desciende sobre nuestros rostros, la expresión temida, no se detiene a reflexionar en la intensidad de una espera, de un llamado, de un anhelo. Nunca sobre la verdad, sino sobre la certeza. Al diablo con la verdad. Luego aparece el tiempo en forma de periódico, esperando a que los hechos se vuelvan palpables, esas ilusiones del pasado muerto, esa pretención del presente inexistante, es "la" historia o es "historia". Hay un momento para todo, el momento es incansable, sucede todo el tiempo, rueda el engrane sin desgaste. Momentos incansables: nacer y morir, estar. Los inabarcables. Y si golpeo el cielo con mi puño de megalómano descubro el negro de la lejanía, el de unos ojos aprisionándome, el de un hocico engulléndome o el de la nada que al fin se revela y me disuelve lentamente como el humo de una fábrica mientras se aleja, restos, vivimos de restos. Una vez más despierto, con los ojos en el mismo lugar. Extrañando tantas cosas, incluso lo que no sucedió y que será más difícil de contar. Inventar. No me llames embustero. Nunca ha sido mi culpa.

viernes, julio 07, 2006

la fiesta de la democracia.

De las tantas cosas que pienso sólo atino a decir: "¡Qué triste! Este país."

Qué triste el servilismo, la corrupción, la inconciencia, el miedo, el cinismo, la falta de respeto, la mezquindad, la ignorancia, la estupidez, la idiotez, la arrogancia, mil veces la estupidez.

Desgraciadamente qué humano también. Y qué difícil es tratar de mantenerse a raya, como si nada de eso existiera para algunos de nosotros y no encenderse cuando se recibe de alguien una llamarada de estupideces del estilo: "Les ganamos a esos muertos de hambre" al momento que pide una confirmación: "¿A poco no?".

Asusta la violencia, escandalizan las verdades dichas crudamente, provocan indiferencia y risa las utopías, provoca miedo perder lo poco o mucho que se tiene (salvo cuando no se tiene nada y es ahí cuando la ilegalidad se hace el único medio legal para ser escuchado). El país que se hizo, en su mayor parte, un país de miedosos comandado por cínicos.

Nunca en la historia ha habido un ganador en donde hay división (aunque en la práctica haya beneficiados), ni lo habrá. México es un país dividido desde sus cimientos, desde su propia cultura está destinado, como muchos otros pueblos, a sobrellevar sobre sus hombros una carga histórica de intransigencias y vejaciones, de irrespeto e incomprensión hacia sus propias diferencias, desde las raciales hasta las culturales e ideológicas (con las consecuencias socioecónomicas que todos conocemos).

El problema no es quien va a gobernarnos los próximos seis años ni los próximos cien años, sino como el país no puede, aún despúes de 200 años de "independencia" (después de todo un sexenio no es nada), verse como uno solo para beneplácito de saqueadores y enfermos del poder para los cuales ésta es tierra fértil.

Ahora sólo me queda una idea en la cabeza, este país tiene lo que merece, aunque no todos lo merezcamos.

Al terminar de escribir esto, descubro que han bloqueado la dirección de blogger.com aquí en la oficina, curiosa coincidencia...