miércoles, octubre 06, 2004

impostura y subversión

Si hay ciencia ficción más allá de Hollywood...
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La ciencia ficción nunca ha hablado del futuro. Siempre ha sido el presente lo decía hace un par de meses Pat Cadigan en Wired. Las distopías ciberpunk, como los comics recuperados de los situacionistas, representan una subversión del imaginario social que se presenta como tal. Una consciente y deliverada caricatura del horror que nos rodea.

En cada crítica que hacemos, en cada libro o película que comentamos, añadimos un epígrafe de contenido político. Esta es la prueba de la verdad. La Excalibur. No es la ambientación tecnológica, el lenguaje o la estética lo que determinan si una obra es o no ciberpunk.

En lo que Hollywood nos empaqueta como ciberpunk, se ve claro. En los penosos relatos neofuturianos del Ciberpaís mensual o las librerías digitales españolas aún más. Pura impostura esteticista que no permanecerá. Pura y simple recuperación para los valores industriales de una estética alternativa más. Por eso el movimiento siempre ha rehusado confundirse con cualquier estética. Por eso no hay música ciberpunk.


Jugar. Divertirnos. Eso es lo que debemos hacer. Lo que toca. El juego es Welles usando La Guerra de los Mundos para denunciar la paranoia anticomunista y la oscuridad de la América aislacionista. Si una mentira se convierte en verdad cuando se repite cien veces, alimentemos el juego de espejos con imágenes prefabricadas en nuestro garaje. Usemos la propia impostura y vacuidad de los medios que comunican un presente exhausto para subvertirlo. Tinta de calamar sobre el arte corporativo.