automatic for the people

Todavía contagiado con el virus de Chomsky, doy vueltas y vueltas a las ideas, "no hay tal lucha de clases", el mundo funciona así, pragmático, los pobres nacieron para serlo y los ricos lo son por que así estaba predispuesto (¿qué es todo esto? ¿una justificación metafísica retrógrada?). Todo es muy confuso, entre retórica y argucia, entre falacia y entelequia. Un estira y afloja inmanente como la escencia misma del ser humano, una inconsistencia bien justificada por los tejedores de la historia y tan natural que sólo provoca aversión entre unos pocos. ¿Cómo se puede enfrentar tanta indiferencia, tanta somnolencia? No estamos ante un sistema capitalista en su escencia, no estamos ante una globalización apabullante, terrorismo, intervencionismo político, todo aquello de lo que se habla hasta el cansancio pero siempre cuidando de no llegar a la raíz, a los verdaderos motivos y causas, mil veces más escalofriantes que la telenovela que se nos presenta a diario en los noticieros, en los periódicos, en la crítica. El poder de un país (E.U.A.) que todo lo puede, incluso la justificación propia de sus actos viles. Luego regreso a observar toda la gama de entretenimiento posible, tantas pasiones, tantas razones para vivir, tanta comodidad, tanta vanidad. Pero no para todos, no para muchos.

Después me aturde la idea de que tal vez los pobres no la estén pasando tan mal, míralos, siempre están riendo, escuchando música, vitoreando, viviendo sin saber de Marx, ni de Nietzsche, ni de los Beatles y ni falta que les hace..., esos pobres domesticados agachados contrastados con los otros pobres de alguna otra parte del mundo (o hasta del mismo país), oprimidos, masacrados, humillados, borrados de la faz de la tierra tan pronto se atreven a levantar un dedo para reclamar su derecho irrefutable a tripular esta nave llamada planeta Tierra. Tanta contradicción por explicar y sólo huesos marfilados por respuestas. Tanta decepción de ideales, de vanguardias, de progreso, de moda, de cultura. Tanta decepción por confrontación más no por significación.

No es esto un desdén mío por los logros de las sociedades (¿cómo podría serlo?, yo que me he asombrado tanto de ellas), ni un afán nihilista de criticar con escepticismo por el simple hecho de querer demostrar una "alternatividad" de ideas y pensamiento. Tampoco es el producto de un resentimiento hacia las estructuras sociales (que bien podría tener dada mi condición social fluctuante, que he preferido transformar en experiencia positiva y visión analítica). Es más bien una inquietud esceptica por cosas a las que antes no prestaba demasiada atención ni les atribuía tanta importancia (algo de lo que me arrepiento un chingo). Es un análisis, en primera instancia (ojalá no quede en eso solamente), personal e introspectivo pero que tiende a consolidarse también como una resistencia individual del pensamiento libre. ¿Idealismos? ¿Euforía momentánea? ¿Estulticia? tal vez, tal vez no.

Y aquí es en donde quisiera fijar en mi mente un fragmento de "Lucha de Clases" acerca del escepticismo:

"El escepticismo puede conducir a la paranoia, pero, evidentemente, no tiene porqué.
[...] La diferencia es que el escepticismo sobre una base de conocimiento y racionalidad es una actitud muy saludable. El escepticismo sobre la nada es peligrosísimo. El sistema educativo y doctrinal (reforzados con el sistema propagandístico) han creado esa nada. Las mentes de las personas están vacías y confusas porque les ha sido arrebatado todo. Es en casos como este que el escepticismo puede convertirse en paranoia".

El cuadro del día:

"Cuál es el precio que hay que pagar por todos los bienes
recibidos, el precio de esta cómoda servidumbre, de todos
estos logros, que se les hace pagar a gente que está muy lejos de la
metrópoli y dista muchísimo de su opulencia"

"Yo me pregunto ante todo ésto: ¿Tiene la sociedad
opulenta conciencia de lo que está haciendo, de cómo está
luchando contra la liberación en todos los confines del globo?"

Herbert Marcuse

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R A D I O A C T I V I T Y
Tschernobyl, Harrisburgh, Sellafield, Hiroshima
Tschernobyl, Harrisburgh, Sellafield, Hiroshima
Stop radioactivity
Is in the air for you and me
Stop radioactivity
Discovered by Madame Curie