nota mental:
Nunca andes solo.
Todo, hasta el pan debe ser acompañado.
No se anda por la vida ausente
en burbuja de detergente
sintiéndose bien o mal según el clima,
según todo o según nada,
según la fregada...
No se regresa a casa a medianoche poniendo atención
a las líneas pintadas en la calle
con el asiento del copiloto vacío..., sobrio...
en el vagón de última hora
con el teporocho babeante...
Ni se cruzan miradas con extraños,
miradas de error de cálculo
por movimiento ocular involutario.
No se hacen esas pendejadas en esta ciudad de explosivos demográficos...
Todo, hasta el pan debe ser acompañado.
No se anda por la vida ausente
en burbuja de detergente
sintiéndose bien o mal según el clima,
según todo o según nada,
según la fregada...
No se regresa a casa a medianoche poniendo atención
a las líneas pintadas en la calle
con el asiento del copiloto vacío..., sobrio...
en el vagón de última hora
con el teporocho babeante...
Ni se cruzan miradas con extraños,
miradas de error de cálculo
por movimiento ocular involutario.
No se hacen esas pendejadas en esta ciudad de explosivos demográficos...
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