domingo, julio 09, 2006

space worm

"¿Cómo puede llorar si no tiene ojos?"

La respuesta es sencilla, no llora. Cuando desciende sobre nuestros rostros, la expresión temida, no se detiene a reflexionar en la intensidad de una espera, de un llamado, de un anhelo. Nunca sobre la verdad, sino sobre la certeza. Al diablo con la verdad. Luego aparece el tiempo en forma de periódico, esperando a que los hechos se vuelvan palpables, esas ilusiones del pasado muerto, esa pretención del presente inexistante, es "la" historia o es "historia". Hay un momento para todo, el momento es incansable, sucede todo el tiempo, rueda el engrane sin desgaste. Momentos incansables: nacer y morir, estar. Los inabarcables. Y si golpeo el cielo con mi puño de megalómano descubro el negro de la lejanía, el de unos ojos aprisionándome, el de un hocico engulléndome o el de la nada que al fin se revela y me disuelve lentamente como el humo de una fábrica mientras se aleja, restos, vivimos de restos. Una vez más despierto, con los ojos en el mismo lugar. Extrañando tantas cosas, incluso lo que no sucedió y que será más difícil de contar. Inventar. No me llames embustero. Nunca ha sido mi culpa.