martes, diciembre 07, 2004

collage の trip

Que irónico es no caer cuando todo a tu alrededor se derrumba y todos mueren aplastados.

Danza el suelo y las paredes se constipan hilarantes. Y tu que de equilibrista y surfista tienes tan poco. Eres una rata autómata que viaja sobre una botella de licor presidencial por alguna alcantarilla bulliciosa, sin más apoyo que un cigarrillo insulso como remo, deberás ir esquivando la basura y la mierda para sobrevivir e ir tomando los caramelos. Caramelos en la alcantarilla, nadie sabe de donde vienen pero hay temporadas en las que caen como lluvia despiadada con granizo desde el cielo rendijado. Y tu los tomas sin dar mucha importancia al fenómeno y te olvidas de la pestilencia por un instante, en un lapso ilusorio que es cada vez más corto, más soez, tan hediondo como la misma pestilencia que rehusabas admitir. Nunca es suficiente, siempre es demasiado o muy poco o exagerado o insignificante, jamás suficiente ni perfecto, nunca estuviste tan lejos de la saciedad, y ahora, prefieres conformarte. Pero el tiempo está a tu favor, siempre lo ha estado, es tiempo de cloacas, afuera apesta a aire fresco, a paraíso anticuado. El último perfume traído de Paris nos deleita con orines de vanguardia y progreso reticente, incrédulo de tanto ver y escuchar. Es tiempo de cloacas y de esencias de orines con aroma de sofisticación, también de caramelos, de leves o complicados sabores y sinsabores con efectos ridículos. Pacman podría expresarlo mejor, no yo, Pacman sabe lo complicado que es tragar caramelos todo el tiempo, sin reventar, sobrio, y luego cuando todo cambia de color, es tan confuso que parece difuso, aunque el paisaje no deje de ser, irrisoriamente, el mismo... Y tu que de equilibrista y surfista tienes tan poco...