domingo, abril 17, 2005

sick for toys

Es una pena, todo esto, la forma en que llegó, la forma en que se irá masticando raíces amargas, vociferando silencios rancios a destiempo.

Y entonces, pues lo de siempre, hay heridas que sangran y no cierran, no cierran los costales rebosantes de basura. Observas largo rato lo que te rodea y te piensas que todo aquello es útil, como la respiración que recibes por un tubo mientras agonizas, te regodeas de tu suerte porque estás aquí y no allá, por que eres así y no asá. Apuntas, te atragantas mientras ríes de tus miedos, luego escribes para pedir perdón a tus rencores, aunque nunca lean éstos necedades tuyas. Pero vives, como un héroe iletrado, porque estar aquí y continuar no es poca cosa. Incluso si sólo sigues órdenes.

Es esto, es todo, es nada, lo poco que queda.