martes, enero 16, 2007

De pronto recordé que tenía un lugar olvidado, al que podía regresar cuando quisiera y cobijarme bajo la nieve, entonces tenía frío y no comprendía este tiritar y la visión borrosa que hacía a los árboles derretirse bajo el cielo lluvioso... Hubiera querido comprender entonces muchas cosas, hubiera querido encontrar resignación en la esperanza o quizás, al menos, un poco de paz, pero sólo encontré un espejo sin reflejo... Y todos los días conocían cada segundo de mis horrores, el sueño es largo, pero hay que despertar, porque no hay vida ni muerte, porque todos los límites son imaginarios...